¿Cómo los trata la vida mis queridos lectores? Regreso cargado de bríos a este espacio y listo para seguir desentrañando el vasto mundo del documental. En esta ocasión nos enfocaremos de lleno en los trabajos del cineasta experimental Martin Arnolds. Ahora bien, antes de comenzar con el análisis creo que es pertinente dejar en claro que es lo que realiza este director. Nuestro amigo Martin se apropia de material perteneciente a películas clásicas estadounidenses y las reedita con el fin de encontrar mensajes ocultos.
Una vez aclarado lo anterior, me parece que el trabajo de Arnolds es muy valioso y su tesis una muy válida, sin embargo creo que no llega a cumplir por completo su cometido. El buen Arnolds selecciona secuencias en las que el hombre representa el poder y juega un papel de fundamental importancia dentro de la familia. Aunado a esto, el director las edita frenéticamente y repite múltiples veces innumerables fotogramas. De esta manera, pretende dejar en claro la pasividad de la mujer y que la vida de estas, sólo gira en torno a sus maridos. Por el contrario el hombre, por motivos laborales, vive de entrada por salida y la mujer se debe de conformar con las migajas que reciba. Finalmente, Arnolds selecciona soundtracks que reafirman esta monotonía en la que se encuentra la mujer y pretende transmitirle el mismo estado de animo al espectador.
Dejando a un lado todo lo anterior, creo que el buen Martin transmite lo que pretende, no obstante su estilo visual termina sobrepasando su discurso. La verdad sea dicha, la tesis de Arnolds queda clara casi inmediatamente y la frenética repetición, en lugar de transmitir la condición femenina, sólo aturde. De esta forma creo que el discurso del director termina por disolverse en un ejercicio de corte estilístico.
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